REFORMA A LA LEY NO. 53-07 SOBRE CRÍMENES Y DELITOS DE ALTA TECNOLOGÍA)

Enfoque: Esta ley se enfoca en cerrar la brecha de impunidad que existe en el ciberespacio para los delitos de explotación sexual contra la niñez, actualizando una legislación que ha quedado desfasada ante la evolución tecnológica. Su enfoque es dual: por un lado, fortalece la capacidad punitiva del Estado con tipos penales claros y penas más severas; por otro, establece la corresponsabilidad legal de los proveedores de servicios digitales (plataformas y empresas de internet), obligándolos a ser actores activos en la prevención y persecución del delito.

Desarrollo: La reforma moderniza la Ley 53-07 mediante: (i)Nuevos Tipos Penales: Tipifica explícitamente y con definiciones claras los delitos de grooming (engaño pederasta en línea) y sextorsión (extorsión con material íntimo), estableciendo penas severas y proporcionales al daño causado; (ii)Endurecimiento de Sanciones: Aumenta significativamente las penas para la producción, distribución y, crucialmente, la posesión y el acceso intencional a Material de Abuso Sexual de Menores (CSAM). Incluye también la pornografía infantil generada por inteligencia artificial; (iii)Obligaciones para Plataformas: Impone deberes legales claros a los proveedores de servicios digitales, como mantener un punto de contacto 24/7 para requerimientos urgentes, la remoción de contenido ilícito en un plazo máximo de 24 horas, la preservación de evidencia digital y el reporte obligatorio a las autoridades cuando detecten CSAM en sus sistemas. ; (iv)Atención Integral a Víctimas: Contempla la creación de protocolos de atención psicológica, asesoría legal gratuita y acompañamiento judicial para las víctimas menores de edad, asegurando un enfoque centrado en la no revictimización y la reparación del daño.

Objetivo: El objetivo es proteger a la niñez dominicana en los entornos digitales con la misma o mayor eficacia que en el mundo físico. Se busca desmantelar el anonimato y la impunidad de los agresores en línea y obligar a las gigantes tecnológicas a colaborar activamente con la justicia, garantizando que el internet deje de ser una «jungla peligrosa» y se convierta en un espacio más seguro para el desarrollo de niños, niñas y adolescentes.