LEY DE ALERTA TEMPRANA CONTRA LA VIOLENCIA INFANTIL: SISTEMA NACIONAL PARA LA PROTECCIÓN Y BIENESTAR DE LA NIÑEZ EN ENTORNOS VULNERABLES

Enfoque: Superar la fragmentación institucional y la pasividad del sistema vigente mediante la creación de un mecanismo nacional proactivo de protección infantil y transformación cultural. El modelo integra la detección temprana, la respuesta rápida y la prevención estructural, incorporando como ejes transversales la educación en igualdad de género, la formación en herramientas emocionales y la deconstrucción de la masculinidad tóxica, con el propósito de fomentar masculinidades positivas y cimentar una cultura de paz.

Desarrollo:

1. Sistema Nacional de Alerta Temprana (SINAT): Se instituye un sistema articulado que obliga a la coordinación de Educación, Salud y CONANI, bajo una arquitectura normativa unificada y de cumplimiento obligatorio, eliminando la dispersión institucional que históricamente ha generado vacíos de protección.

2. Nodos Centinela: Se crean puntos estratégicos de detección en escuelas públicas y centros de salud UNAP, con la obligación legal de identificar y reportar cualquier indicador de riesgo infantil conforme al Protocolo Unificado de Identificación de Riesgo (PUIR), lo cual elimina la subjetividad y estandariza la actuación estatal.

3. Personal Especializado: Para la operatividad de la red, se mandata la contratación de un trabajador social por cada 300 niños, quienes actuarán como primer punto de contacto con las familias y como responsables de canalizar los casos hacia la institucionalidad correspondiente. Con ello se institucionaliza un estándar de cobertura mínima que garantiza presencia territorial y capacidad real de respuesta.

4. Programa Nacional de Formación y Beca-Servicio: Para garantizar la disponibilidad del recurso humano, se crea una Beca Nacional de Trabajo
Social, administrada por el MESCYT, que condiciona al beneficiario a servir en el sistema público durante cinco (5) años posteriores a su graduación asegurando así un flujo constante de profesionales especializados y comprometidos.

5. Unidades de Reacción Rápida (URR): Ante una alerta generada, el CONANI debe intervenir obligatoriamente en un plazo perentorio de 24 a 48 horas, realizando una visita domiciliaria de verificación y disponiendo medidas inmediatas de protección, cerrando la brecha de inacción que ha caracterizado al modelo actual.

6. Reforma Educativa Integral: Se modifica la Ley General de Educación No. 66-97 para incluir de manera transversal en el currículo escolar:

– La educación en igualdad de género,
– La formación en herramientas emocionales,
– Y la deconstrucción de la masculinidad tóxica, promoviendo masculinidades positivas como base de relaciones sociales equitativas y libres de violencia.

7. Capacitación Docente y Administrativa: Se establece la formación y certificación obligatoria de todo el personal docente y administrativo para la detección de riesgos, la activación de protocolos y la promoción activa de una cultura de igualdad y convivencia pacífica.

8. Transformación Cultural Masiva: Se ordena la ejecución de campañas nacionales de sensibilización, destinadas a combatir los estereotipos de género y a instaurar, desde el espacio escolar y comunitario, una nueva narrativa social que legitime la masculinidad positiva, la gestión emocional y la prevención de la violencia como valores públicos.

Objetivo

Transitar de un modelo reactivo que depende exclusivamente de la denuncia, hacia un sistema inteligente, preventivo, profesionalizado y territorialmente presente, capaz de:

– Detectar, verificar y responder con inmediatez al riesgo infantil y de violencia de género.
– Garantizar sostenibilidad institucional, con personal especializado protegido por un régimen de carrera y estabilidad reforzada.
– Eliminar la impunidad por inacción funcionarial, mediante sanciones administrativas, civiles y patrimoniales.
– Generar inteligencia social basada en evidencia, a través del Expediente Único de Protección (EUP) y registros nacionales interoperables.
– Transformar estructuralmente los patrones socioculturales, consolidando la igualdad de género, la educación emocional y la masculinidad positiva como herramientas de prevención intergeneracional.
– Posicionar a la República Dominicana como referente regional, al integrar en un único cuerpo normativo la protección de la niñez, la igualdad sustantiva y la transformación cultural, superando décadas de políticas fragmentadas e insuficientes.