LEY DE REFORMA Y SUPERVISIÓN DE LA CULTURA EN CUERPOS CASTRENSES

  • CERI y evaluaciones inteligentes: decisiones técnicas sobre retiro de armas y evaluaciones focalizadas en riesgo, garantizando protección y debido proceso.
  • Control y desarme preventivo: suspensión inmediata de armas y licencias a agentes denunciados por violencia de género.
  • Cambio cultural interno: programas de bienestar, reeducación y masculinidad positiva para transformar la disciplina castrense en garantía de seguridad.
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Nueva Iniciativa sobre Violencia en Fuerzas Armadas y Policía

Iniciativa

Ley de Reforma y Supervisión de la Cultura en Cuerpos Castrenses

Enfoque, desarrollo y objetivos clave

Enfoque: Sanear la cultura institucional castrense, equilibrando la protección urgente de las víctimas con el respeto al debido proceso de los agentes. La iniciativa reconoce que los cuerpos armados, al portar armas en nombre del Estado, deben ser sometidos a un escrutinio reforzado en materia de violencia de género, asegurando que la disciplina militar y policial se convierta en garantía de seguridad, y no en un factor de riesgo.

Desarrollo:

1. Comité de Evaluación de Riesgo Inmediato (CERI): Sustituye la práctica del retiro automático del arma por una decisión protocolar y motivada, basada en una evaluación técnica que mide el nivel real de peligrosidad. Se institucionaliza un filtro que respeta el debido proceso, pero asegura protección efectiva y oportuna.

2. Sistema de Evaluaciones Inteligentes: Reemplaza las inviables evaluaciones psicológicas anuales con un modelo focalizado en riesgo: evaluaciones periódicas y más intensivas en aquellos casos donde se identifiquen señales de inestabilidad emocional, consumo de alcohol problemático o antecedentes de violencia.

3. Programa de Bienestar Confidencial: Crea un mecanismo seguro para que los agentes puedan buscar ayuda psicológica o emocional sin temor a represalias, reconociendo que el bienestar emocional es parte esencial de la seguridad pública. Se incluyen herramientas emocionales obligatorias en la formación y reeducación castrense.

4. Control y desarme preventivo: Se establece un protocolo de desarme inmediato cuando un miembro es denunciado por violencia de género, abarcando tanto el arma de reglamento como las armas con licencia civil que posea. La suspensión o cancelación de dichas licencias es automática mientras dure la investigación, en coordinación con Interior y Policía.

5. Licencias y permisos sujetos a control: Todo miembro denunciado queda sometido a la revisión y suspensión protocolar de licencias de porte y tenencia de armas, así como a evaluaciones que determinen su aptitud emocional para conservarlas.

Esta medida conecta directamente la gestión de licencias con el control de riesgos.

6. Reeducación obligatoria: Cuando proceda, los agentes sancionados deberán someterse a programas de masculinidad positiva, manejo de impulsos y resolución pacífica de conflictos, garantizando un cambio cultural desde adentro.

Objetivo: Transformar la cultura institucional de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para consolidar:

– Una fuerza pública profesional y respetuosa, que se convierta en parte de la solución frente a la violencia de género.
– Un sistema protocolar y transparente, donde el retiro de armas, la suspensión de licencias y las medidas de protección se activen con inmediatez y criterios técnicos claros.
– La incorporación de herramientas emocionales como parte de la formación y la supervisión continua de sus miembros.
– Un desarme preventivo y selectivo, que neutralice la posibilidad de feminicidios o hechos graves al limitar el acceso a armas en casos de riesgo.
– Una cultura de tolerancia cero, donde la violencia de género es sancionada como falta grave institucional y causa de inhabilitación, reforzando la confianza ciudadana en las instituciones armadas.

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